Un camión es una herramienta de trabajo y como tal debe ser, en primer lugar, rentable. Pero a tenor de cómo estamos enfocando la transición del sector del transporte de mercancías por carretera hacia nuevas propulsiones no contaminantes, no parece estar tan claro…al menos para los transportistas.
¿Es el transporte el causante del incremento de los costes logísticos, o es una queja infundada de los cargadores porque deben asumir costes que hasta ahora no pagaban?
Si algún colectivo ha demostrado en estos años ser un ejemplo claro de resiliencia, ese ha sido sin duda el trabajador autónomo, en general, y muy particularmente el transportista autónomo.
Si algo nos ha enseñado este año, ya en clave de transporte, es que lo históricamente parecía imposible, puede que las circunstancias extraordinarias, lo conviertan en realidad.
Hace tan sólo escasos tres meses que concluyeron las negociaciones entre transportistas y Administración, con la consecución de unos acuerdos, catalogados entonces por ambas partes (aunque con las lógicas reticencias) como “históricos”, y ya se vuelven a oír tambores de guerra por parte de Plataforma.