La DGT nos define como conductores

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Presenta los datos del proyecto Baseline que mide 8 indicadores, de los que los conductores españoles suspendemos en el cumplimiento de la velocidad en carreteras convencionales y necesitamos mejorar en alcohol y distracciones.

La Dirección General de Tráfico ha presentado hoy a la sociedad civil, asociaciones, administraciones y expertos en seguridad vial, los resultados del Proyecto Baseline, un programa de seguridad vial en el que han participado 18 países y con el que se pretende realizar un adecuado seguimiento de los progresos en seguridad vial de los países miembros a través de 8 indicadores clave de rendimiento relacionados con el comportamiento de las personas, vehículos, infraestructura y atención post accidente.

El Proyecto Baseline es un proyecto financiado por la Comisión Europea y desarrollado por un consorcio de 18 países liderado por el Instituto Belga IVAS, en el que España ha estado representada por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial  de la Dirección General de Tráfico.

El proyecto es el mayor esfuerzo realizado por Europa en el campo de la recopilación y análisis de datos para los indicadores de seguridad vial, se ha desarrollado entre los años 2020 y 2022 y, entre sus objetivos, destacan el de apoyar a los países en la recogida y envío armonizado de indicadores clave de rendimiento, de acuerdo con metodologías comunes, y potenciar las capacidades de aquellos países que nunca antes habían realizado este tipo de trabajo

España, comparativamente hablando, obtiene resultado medio-alto en los indicadores de cinturón, casco y, en algunos casos, el de velocidad. En cambio, los de velocidad en carretera convencional, alcohol y distracción indican que es necesario trabajar más para mejorarlos.

Respecto a la velocidad, en este estudio se ha medido la velocidad de circulación en diferentes tipos de vías y en condiciones de flujo libre, es decir, en circunstancias en las que los conductores no tienen restricciones para circular a la velocidad que desean. En la práctica, esto significa medir la velocidad en situaciones de baja intensidad de tráfico y buen tiempo atmosférico, en tramos rectos y sin elementos visibles de vigilancia.

 

En el caso español, el nivel de cumplimiento del límite de velocidad establecido varía en función del tipo de vía. Mientras que en autovía el 63% de los turismos circulan a la velocidad permitida (valor alto en comparación con otros países), en las autopistas este porcentaje baja al 51%. En el caso de las carreteras convencionales, el cumplimiento del límite de velocidad establecido es del 43%, un nivel bajo, similar al que registra Bélgica (46%).

En vías urbanas con límite de 50km/h, el nivel de cumplimiento de la velocidad por parte de turismos es de un 65%, el tercer valor más alto de los 13 países con los que compartimos límite.

 

En las calles de 30 km/h, el nivel de cumplimiento es del 32%, el valor más alto de los tres países para los que se dispone de datos. Cabe destacar, además, que la velocidad media de los turismos en las calles 30 es 11 km/h inferior a la de las calles 50 (36 frente a 47 km/h), una diferencia que supone una gran reducción del riesgo de atropello mortal o grave.

 

En el caso del conductor y el acompañante delantero, el nivel global de uso del cinturón es del 96%, un valor que se sitúa en el rango medio-alto de los países observados; los valores más altos están entre el 98 y el 99%. , aunque debe tenerse en cuenta que ha habido diferencias metodológicas. En España, no se impuso la condición de que el dispositivo tuviera que estar necesariamente sujeto con la mano, algo que sí hicieron otros países.

 

Consumo de Alcohol

El porcentaje de conductores que dieron negativo a las pruebas de alcohol realizadas por los agentes de tráfico varió entre un 96% en autopista y autovía y un 98% en ciudad. El valor más bajo de negativos, un 88%, se observó en las noches de fines de semana, el segundo valor más bajo entre todos los países con datos.

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