Frente a un descenso del 38% del precio del barril Brent desde junio, el gasóleo normal sólo bajó un 8,3%, mientras que la la gasolina lo hizo en un 9,8% en este mismo periodo.
La paciencia del ministerio de Economía con las petroleras vuelve a tensarse a cuenta del incremento del margen de beneficios que están consiguiendo las petroleras, al no trasladar la notable bajada del precio del crudo al precio de venta final en las estaciones de servicio. Hay que recordar que el crudo Brent, el que se usa como referencia para fijar los precios en Europa, inició el pasado mes de junio un desplome en los mercados que le ha llevado a cotizar el pasado lunes por debajo de los 70 dólares el barril.
Con unos precios inéditos desde hacía cinco años, el desplome del precio del crudo acumula un descenso del 38% desde junio. Sin embargo, esta caída acumulada no se está trasladando a una bajada de precios proporcional para los consumidores españoles. Así, frente al descenso del 38% del precio barril desde junio, los carburantes han pasado de un precio en surtidor en junio de 1,42 euros el litro de gasolina y 1,32 euros el litro el gasóleo, a venderse a un precio de 1,28 euros/litro, y 1,21 euros/litro, respectivamente. Esto supone un descenso del 9,8% respecto al precio de la gasolina en junio y un 8,3% del gasóleo, frente al descenso del precio del barril Brent del 38% en este mismo periodo.
La reacción del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se ha hecho esperar, pero esta semana ha trasladado ya a las petroleras la "imperiosa necesidad" de que la reducción del precio de la energía se traslade con rapidez a las familias y "no engrose los márgenes de las petroleras".
De Guindos, ha añadido que el Gobierno va a poner "todo el énfasis" en que la Comisión Nacional de Mercados y Competencias (CNMC) vigile que la reducción del petróleo se traslade a los consumidores españoles.
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