Siguiendo el programa aprobado por el Gobierno de liberar las actuales autopistas de peaje, según vayan cumpliendo las concesiones actuales, el 1 de septiembre le tocará el turno a los tramos de la AP-7 desde Tarragona hasta la frontera de la Junquera y la AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo, que suman en total 470 kms más libres de peaje.
Por lo que respecta a la AP-2, a su paso por Aragón, su liberalización disparará el tráfico pesado por los 100 kilómetros que discurren entre Alfajarín y Soses, según los propios transportistas que opinan que el tráfico pesado alcanzará los 9.000 vehículos diarios, pues a los cerca de 3.000 que utilizan actualmente esta infraestructura se sumarán cerca de 6.000 que actualmente utilizan diariamente la N-II, una carretera que, recordemos, aparece sistemáticamente en los estudios sobre peligrosidad de la Red de carreteras como una de las más peligrosas de España.
A los cerca de 3.000 camiones que utilizan asiduamente esta infraestructura se sumarán cerca de 6.000 que actualmente utilizan diariamente la N-II, una carretera que, recordemos, aparece sistemáticamente en los estudios sobre peligrosidad de la Red de carreteras como una de las más peligrosas de España.
La liberalización por tanto ha sido bien acogida por los transportistas que sin embargo ven cierta falta de previsión en la medida, fundamentalmente por dos motivos: primero que se liberalice el tráfico sin haber desmantelado previamente los peajes, lo que, a su juicio, provocará cuellos de botella en los pasos y, por otro lado, el que no se hayan ampliado las plazas para el transporte pesado en las áreas de descanso. A este respecto, José Antonio Molinero, presidente de la Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Aragón (Tradime), vaticina graves problemas por falta de plazas en las zonas de descanso, que en la actualidad suman alrededor de 180 en todo el tramo hasta Lérida. "En la AP-7 de Tarragona a Valencia, ocurrió lo mismo, y hay vehículos pesados aparcados en los arcenes, porque nosotros no podemos decidir dónde vamos a parar. Es el disco (tacógrafo) el que manda" ”, aclara Molinero.
Además, Molinero opina que aunque se liberalice este tramo de la autopista, lo deseable sería que se actuara también sobre la N-II, en su desdoblamiento, eliminando cruces y mejorando los accesos a la autopista.
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