Los transportistas vascos advierten: “si el peaje no se repercute en el precio van a echar el cierre todas las empresas de transporte de Gipuzkoa”

La medida  adoptada por la Diputación Foral de Gipuzkoa de establecer un peaje a camiones en la N-I y la A-15 ha puesto al sector del transporte  de mercancías por carretera en pie de guerra  por las consecuencias económicas que puede acarrear a las empresas tanto de la provincia como foráneas.

En una reunión mantenida el pasado  viernes, 3 de febrero, entre representantes del Departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación Foral de Gipuzkoa y de la asociación de transporte GUITRANS se ha puesto sobre la mesa el grave impacto de esta descomunal subida en los costes de las empresas de transporte, que, según denuncia esta asociación,  “en caso de no repercutirse supondría el cierre de las mismas ya que no tienen margen para absorberla”.

Los representantes Forales han emplazado a los representantes de GUITRANS a una reunión urgente esta misma semana  para buscar soluciones, aunque la única solución que ponene sobre la mesa es “la absoluta necesidad de que las empresas usuarias del transporte asuman esta subida”.  Por el contrario, GUITRANS insiste en que “la Diputación de Gipuzkoa no puede penalizar al transporte con peajes, ya que si no hay soluciones pronto, el transporte guipuzcoano se verá obligado a parar por falta de rentabilidad” y advierten de que “el Territorio no puede permitirse abandonar al transporte porque todo el tejido empresarial y la economía en su conjunto sufrirían las consecuencias”.

La tercera norma Foral de peajes, supone que  las empresas que hacen recorridos internos con vehículo pesado van a pagar entre 0,21 y 0,28 euros por kilómetro en prácticamente todos y cada uno de los kilómetros que realizan en su quehacer diario. “Por poner un ejemplo-afirman desde la asociación- un transportista que transite por la N-I desde el enlace de Astigarraga a Olaberria (sede de una importante empresa siderúrgica) recorriendo 40,94 km, ocho veces al día, un caso muy habitual, dependiendo del tipo medioambiental del vehículo abonará entre 1.500 y 2.000 euros mensuales. Esto supone un impacto en los costes mayor incluso que el de la subida del gasóleo, lo cual es inasumible, si no se repercute el 100% de este coste a las empresas cargadoras”.

Sin embargo, poder repercutir  este incremento de costes no es fácil, como ya sabemos, para las empresas de transporte en general.  En este caso,  desde Guitrans denuncian que “la Diputación Foral de Gipuzkoa nos convierte a las empresas de transporte en recaudadores, adjudicándonos una función que no nos corresponde y que nos perjudica sobremanera, en un contexto de crisis económica y energética que siembra de, aún mayor, incertidumbre nuestro futuro”.

La N-I y la A-15 son dos carreteras fundamentales de la red viaria desde el punto de vista de las comunicaciones, ya que nos conectan con Europa, con la Meseta y con la zona mediterránea a través de Navarra, pero, también desde la vertiente económica ya que gran parte de la industria intensiva de Gipuzkoa se localiza a lo largo de esta arteria que ha ido conformando históricamente la geografía de las localidades y empresas del Territorio, confiriendo a estas vías un carácter vertebrador del tejido empresarial.

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