Mas de 3.000 camiones diarios estarán obligados a realizar este trayecto por la AP-7 con un sobrecoste de 40 euros en trayectos de ida y vuelta
El Servicio Catalán de Tráfico dependiente de la Generalitat publicó ayer en el Diario Oficial de Cataluña la Resolución por la que se restringe la circulación de camiones en los casi 90 kilómetros de la N-II entre Girona y la frontera francesa.
En Opinión de Fetransa, organización que agrupa mayoritariamente al colectivo de transportistas autónomos en España, se trata de una medida “tremendamente prejudicial para el transporte por carretera, teniendo en cuenta el carácter estratégico de ésta vía, que conecta de forma natural el tráfico de mercancías del Mediterráneo con el centro de la Península”.
Según diversos cálculos, podrían ser más de 3.000 los profesionales que circulan a diario por ésta vía y que a partir del próximo viernes 19 de abril se toparán con la prohibición, obligándoles a realizar este tramo por la AP-7, una autopista de peaje que supondrá un coste de 40 euros a cada transportista en trayectos de ida y vuelta.
Ésta restricción en la circulación durante los 365 días del año y 24 horas al día afectará a los vehículos de transporte de mercancías de cuatro o más ejes. Exceptuando aquellos transportes cuya mercancía tenga origen o destino en las comarcas próximas a dicha carretera nacional.