
Ni siquiera era un secreto a voces, pues desde el Ministerio de Fomento siempre (al menos desde el año 2000) se había deslizado la idea de que el sector del transporte por carretera no es competitivo, una crítica velada siempr ligada a la excesiva atomización de las empresas de transporte que operan en España. Un argumento que, a nuestro juicio, es retorcido, torticero, pues en realidad lo que se pretende decir es que las grandes empresas de este país no pueden competir con las “enormes” compañías que existen fuera de nuestro mercado, que, supuestamente, van a venir a España a “reventar” el mercado, porque son más competitivas.