EDITORIAL: ¡Qué viene el Lobby!

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Pese a los esfuerzos de los cargadores que han intentado boicotear   los acuerdos entre transportistas y administración prácticamente desde el principio de la negociación, al final el Real Decreto-ley recoge  de forma clara lo pactado.

Si alcanzar un acuerdo como el “arrancado” en diciembre pasado por las asociaciones de transporte que forman parte del Comité Nacional de Transporte por Carretera costó sudor y lágrimas ( nos reservamos lo de la sangre para  más adelante) tampoco parece que vaya a resultar fácil ponerlos en práctica si de la buena disposición de los clientes de los transportistas depende.

Ya resultó extraño que los cargadores mantuvieran un “perfil bajo” durante el tira y afloja que mantuvo el CNTC con el Ministerio de Transportes durante las pocas semanas que trascurrieron desde la convocatoria de paro patronal a las puertas de la Navidad.  Tan sólo algún comentario de alguna asociación menor, empañó la difícil negociación que concluyó con un acuerdo que, dejándose cosas en el tintero, hay que calificar de positivo, por cuanto recoge algunas de las reivindicaciones históricas perseguidas por este sector, entre ellas la prohibición expresa de realizar carga y descarga por parte de los conductores o de la aplicación de la cláusula de revisión del precio del transporte en función de la variación del precio del combustible.

Ahora sabemos que esa falta de notoriedad se debía  no a que de repente hubiesen sido víctimas de un ataque de responsabilidad, sino que más bien buscaban  no llamar la atención más de la cuenta para poder maniobrar en la oscuridad,  con nocturnidad  y haciendo valer la capacidad de presión de un Lobby como el que forman algunas de las empresas más grandes de nuestro país.

Desconocemos, eso sí, que tipo de compromisos habrían arrancado de las “altas instancias” a las que hayan presionado, o si daban por hecho que, como siempre ha ocurrido, al final la cosa se zanjaría con una ley que nadie va a cumplir, porque siempre existirá un resquicio legal para “colar” un “salvo pacto en contra” o similar.

Ahora sabemos que buscaban  no llamar la atención más de la cuenta para poder maniobrar en la oscuridad,  con nocturnidad  y haciendo valer la capacidad de presión de un Lobby como el que forman algunas de las empresas cargadoras más grandes de nuestro país

 

 

Sin embargo, esta vez debe ser que no, que  no ha quedado fisura  a la que acogerse. De ahí la   vuelta a la opinión pública con frases como que “las medidas pactadas con el Comité Nacional del Transporte por carretera van a tener graves consecuencias para el tejido empresarial, ya que ponen en claro riesgo la competitividad y eficiencia de la cadena de valor”.

Muy al contrario, lo que estas medidas persiguen es , como ha dicho el CNTC hasta la saciedad “hacer rentable una actividad”  que los cargadores , “aprovechándose de esta posición de dominio”, han contribuido a” envilecer las condiciones del mercado en beneficio propio”.

Esperemos, tal y como reclaman desde este órgano de representatividad del transporte, que el “trabajo sucio”  que seguro ha estado realizando este Lobby a espaldas del sector que le presta servicio (no pleitesía)  no haya dado sus frutos y que la redacción del Real Decreto Ley que  recoja  los acuerdos se fiel a lo acordado. Nos va mucho en ello.

 

 

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