Editorial: Luces y sombras en el transporte por carretera

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A las puertas del verano, el sector del transporte de mercancías por carretera   se prepara para afrontar una segunda parte del año en la que seguramente van a convivir una mejora de la demanda de transporte con algunas sombras que acompañan al sector desde hace tiempo

A las puertas del verano, con una pandemia que todo indica puede estar dando sus últimos coletazos y con una demanda de transportes que parece que lentamente va recuperando un ritmo aceptable, el sector del transporte de mercancías por carretera   se prepara para afrontar una segunda parte del año en la que están puestas muy buenas expectativas de cara a “salvar” un año  que empezaba marcado por la incertidumbre y el miedo.

La incertidumbre  no ha desaparecido, o al menos eso es lo que cuentan las empresas de transporte,  o  por lo menos las que no se dedican a la alimentación, que asisten a una recuperación cogida con palillos de la que no terminan de fiarse y que sigue presentando fuertes tensiones, derivadas de factores ya enquistados en este sector como unas tarifas  a la baja, unos costes que vuelven a subir con un gasóleo fuera de control (y que aún tiene recorrido hacia arriba) y una cada vez más notoria falta de conductores profesionales cualificados que, si no encuentran el remedio, se postula como uno de los principales problemas de este sector a corto y medio plazo.

 

Llegamos al ecuador del año con luces y sombras…el transporte ya está acostumbrado a vivir en estas circunstancias, pero después de un año a oscuras necesitamos que empiecen a encenderse las luces, poniendo el foco en los temas que están sobre la mesa.

Tampoco estos primeros meses han servido para despejar el camino  sobre aquellas materias  que  desde hace quizás ya demasiado tiempo están en “vías de negociación” con cargadores y administración.  Más bien se podría decir todo lo contrario, como señalaba Ovidio de La Roza recientemente  que veía más bien un interés por “torpedear al transporte de mercancías en todos los frentes”, tras enumerar  cuestiones como  la presión de los cargadores para instaurar las 44 toneladas, que mantienen en un nivel altísimo,  el fracaso de la regulación de la carga y la descarga, otro de los temas en los que suelen estrellarse las mesas de trabajo, porque los cargadores no están dispuestos a renunciar a esa “subvención” de un puesto de trabajo  que le hacen las empresas transportistas al asumir estas labores. Eso por no hablar del tema que más está dando que hablar en estos meses y que, seguro, será protagonista en los próximos:   la posible implantación de los peajes. Aquí el sector asiste entre incrédulo y molesto a como los políticos son capaces de defender una cosa y la contraria sin despeinarse, a saber: mantenemos la promesa que le hicimos al sector de no instaurar peajes sin el consenso previo de los transportistas, al tiempo que entrega la cuchara en Europa, al calor del  jugosísimo presupuesto para la reactivación que ha puesto sobre la mesa Europa.   Veremos como el Gobierno es capaz de convencer a los transportistas, porque lo parece claro es que el “pago por uso” se va a imponer y no solo en España.

Hay en esta ecuación otros vectores que proyectan aún más incertidumbre, como los problemas de producción y de abastecimiento que están sufriendo los fabricantes de camiones que ha provocado que los plazos de entrega de los vehículos se han disparado (hay quien habla incluso de un año)  y suponen un problema para las empresas transportistas que han tenido  que volver la mirada hacia el mercado de vehículos usados, como os contamos en nuestro reportaje sobre V.O. 

En fin, llegamos al ecuador del año con luces y sombras…el transporte ya está acostumbrado a vivir en estas circunstancias, pero después de un año a oscuras necesitamos que empiecen a encenderse las luces, poniendo el foco en los temas que están sobre la mesa.

Felíz verano y como siempre espero  vuestros comentarios

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