Diversos estudios señalan que al cruzar los datos entre aportaciones fiscales, inversión y costes externos del transporte, el ratio resultante siempre es positivo para el transporte.
Hablar de igualdad de condiciones o de libre competencia cuando aparecen y proliferan en el sector prácticas como las empresas buzón, crear falsas cooperativas de transporte para servirse de mano de obra barata, o el propio abuso de los Tender, convertidos en burdas subastas de precios, suena a burla |
Este mes publicamos un reportaje sobre los Tender, una realidad que se ha impuesto como forma de contratación entre muchos clientes de las empresas transportistas, y que, lamentablemente, en la mayoría de las ocasiones, suele devenir en una suerte de subasta encubierta para “arrastrar” aún más si cabe unos precios de transporte que amenazan con destrozar esta actividad desde sus cimientos.
El problema de los precios que apenas alcanzan para cubrir costes no es nuevo; el pequeño empresario y los autónomos lo llevan padeciendo unos cuantos años, lastrados por la codicia de unos cargadores insaciables y por la excesiva subcontratación de la cadena de transportes que “divide” aún más unos precios que, nos cuentan, de salida no son tan malos.
En la cuestión de los Tender, la lógica para el cargador es clara: en la competencia esta mi ganancia, sabedores de que en un par de rondas, cuando no son tres e incluso cuatro, el precio ofertado bajará hasta donde hayan puesto la marca de salida. Todo legal, todo reglado…sí, pero una canallada; echar carne para que se devoren entre ellos hasta que el más (listo/tonto) se quede con las sobras.
Esta forma burda de “rifar” al mejor postor la logística y el transporte viene a sumarse a las muchas que hoy en día imperan en este y otros sectores para conseguir por medios ficticios lo que no saben hacer de otra manera: ser más rentables, más productivos, y que hemos “normalizado” bajo el paraguas cada vez más grande del denominado “Dumping Social”. Como explicaba recientemente un miembro de Fetransa, esto no es otra cosa que “utilizar el coste social como el factor clave sobre el que establecer la posibilidad de competir de unas empresas con otras, de tal manera que aquella empresa que logre establecer un coste más bajo para esta partida, será la que se acabe llevando el gato al agua”.
Hablar de igualdad de condiciones o de libre competencia cuando aparecen y proliferan en el sector prácticas como las empresas buzón, crear falsas cooperativas de transporte para servirse de mano de obra barata, o el propio abuso de los Tender, suena a burla. Cómo será, que hasta la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), garante de la más absoluta libertad de mercado, se ha declarado ( o eso nos cuentan) absolutamente contraria a determinadas prácticas muy habituales en este sector como determinadas subastas a la baja o plazos de pago superiores a los establecidos en la Ley de Morosidad, al entender que “por abusivas atentan contra las normas básicas de competencia”. Viniendo de donde vienen… Sobran las palabras.
Parece obvio que, al menos en este país, la libertad mercado se ha confundido con la desregulación y que llamar al establecimiento de unas mínimas normas de regulación del mercado de transportes es poco más que una herejía. Pues bien, igual cuando poco a poco vaya desapareciendo esta generación de profesionales, la mayoría de ellos autónomos por encima de los 50, aquellos que quisieron exprimir hasta secar este sector, tengan que subirse ellos mismos al camión, porque no habrá quien quiera hacerlo en las condiciones que han impuesto.
Como siempre, esperamos vuestros comentarios!
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