Ministerio de Transporte; ¿Declaración de intenciones o simple cambio cosmético?

editorial fomento

Está por ver si realmente cristalizará, por fin, en dar visibilidad a la enorme contribución de este sector a la vertebración de la economía de nuestro país, tal y como llevan décadas demandando los trasportistas o si se trata sólo de  un “cambio cosmético” sin calado ninguno.

 

Para el transporte de mercancías por carretera este cambio de denominación debería suponer, entre otras cosas más atención hacia los problemas de un sector que entre otras cosas, sólo  en el modo de carretera  aporta más del 4,5% del PIB español y más de 10.000 millones de euros anuales a las arcas públicas. Y ampliando un poco más el foco,  más de 850.000 puestos de trabajo.
Por fin parece que vamos a tener un Ministerio de Transportes. Eso sí, compartido, pues el nuevo departamento pasaría a llamarse Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.  El anuncio como es obvio ha sido acogido con satisfacción en el sector porque aporta la visibilidad que el transporte «se merece» ante la Administración y la opinión pública como sector estratégico y vertebrador de la economía. Se trata, además de una de las reivindicaciones históricas del sector del transporte por carretera, tan ninguneado tradicionalmente en los despachos de la Castellana.

Ahora, bien, habrá que ver qué efectos produce este cambio de nomenclatura. Si realmente se trata de una declaración de intenciones, que cristalizará, por fin, en dar visibilidad a la enorme contribución de este sector a la vertebración de la economía de nuestro país, tal y como llevan décadas demandando los transportistas o si se trata sólo de  un “cambio cosmético” sin calado ninguno.
 
Me da la impresión que, en esta ocasión,  van  a tener más importancia los apellidos que el nombre, es decir, se me antoja muy clara la línea de trabajo que justifica el incluir tanto la Movilidad, como la Agenda Urbana en su nombre, pues son dos temas de máxima actualidad y que, a buen seguro van a marcar las líneas de trabajo de las diferentes administraciones públicas en los próximos años. ¿Pero…ocurre lo mismo con el transporte?, o mejor dicho… ¿Con el transporte de mercancías por carretera? Ahí ya no lo tengo tan claro.

Para el transporte de mercancías por carretera este cambio de denominación debería suponer, entre otras cosas más atención hacia los problemas de un sector que entre otras cosas, sólo  en el modo de carretera  aporta más del 4,5% del PIB español y más de 10.000 millones de euros anuales a las arcas públicas. Y ampliando un poco más el foco,  más de 850.000 puestos de trabajo.   

Oficialmente, desde la Administración se asegura que la futura denominación responde  a la intención del ejecutivo de  centrar sus esfuerzos en el objetivo de “implementar y desarrollar una movilidad sostenible, eficiente y segura, para lo que se supeditará la inversión en nuevas infraestructuras y el mantenimiento y adecuación de las existentes”. No me queda claro qué quiere decir esto, aunque parece que en el ideario  del Gobierno socialista cobra fuerza la llamada “movilidad sostenible”, ahora  adjetivada también como “eficiente y segura”.
 
Parece que se esté pensando más en la transformación hacia la movilidad eléctrica, una idea ya defendida por el ejecutivo socialista y que entronca con el soñado fin de los motores de combustión “soñado” para 2040.  Un objetivo loable…pero que poco tiene que ver con el transporte profesional, al menos con el transporte regional y de larga distancia, al que, de momento, no se le atisba un futuro eléctrico ni de lejos.
 
Es cierto que hay otras tecnologías “limpias” como el gas natural, mucho más a mano y ya operativo.   Aquí sí que hay mucho campo por abonar, sobre todo en el campo de las infraestructuras de recarga, un apoyo que debería  cristalizar en ayudas y subvenciones para el sector privado, así como a la renovación  de equipos, pero  no sólo para cubrir el expediente, como hasta ahora, sino de verdad, con verdadera conciencia de propiciar el cambio.

De igual manera ocurre con el segundo apellido  del futuro ministerio; Agenda Urbana. Las grandes urbes claman por soluciones que posibiliten la sostenibilidad del actual modelo de distribución urbana de mercancías y un entorno “habitable” para unos  ciudadanos que, por otra parte, no quieren renunciar a los nuevos modelos de compra como el e-commerce.
 
  

Como siempre, esperamos vuestros comentarios!

 

 

 

 
 
 
 

{jcomments on}

 

SUSCRÍBETE A LA REVISTA

SÍGUENOS EN REDES

FACEBOOK LIKE