En esta nueva toma de contacto con los camiones de la estrella, hoy vamos a probar un gran vehículo, de hecho se trata del escalón máximo de potencia de la gama Actros, una unidad 1863 con un motor de 16 litros que rinde una potencia de 625 CV, sobre una configuración de cabina GigaSpace, una de las mayores volumetrías del mercado.
Texto: Enrique Sánchez Parrondo
Con estos atributos, está demás decir que las expectativas que genera este camión son máximas, tanto por el confort de una cabina inmensa y bien dotada como por el “músculo” que esconde esta bestia bajo nuestros pies y que a buen seguro, sacará todo su rendimiento en las duras rampas que nos esperan en este desapacible día.
Y lo hacemos sabiendo de antemano que en esta ocasión, aunque no le perdamos la cara al dato del consumo de carburante, quizás le reste algo de protagonismo el puro placer de conducir.
No en vano, y siendo realistas, estamos ante una máquina que le sobran unos cuantos caballos de potencia (al menos para el tipo de transporte pesado que realizamos habitualmente con 40 toneladas) si lo que buscamos es un equilibrio perfecto entre prestaciones y consumos. Teniendo estos datos en su ficha técnica, es obvio que no vamos a conseguir un récord de consumo, pero a buen seguro que vamos a disfrutar de lo lindo…y veremos si no nos sorprende en nuestra cuenta de resultados.
OM 473: PURO MUSCULO Es obvio que esta mecánica de 6 cilindros en línea y 15,6 litros de cilindrada, que la marca de la estrella ha bautizado como OM 473, está muy por encima de este tipo de transportes (podría acometer sin rubor transportes especiales por encima de los 200 ton), teniendo en cuenta ya no sólo la potencia máxima que entrega, esos fantásticos 625 CV a 1.600 rpm, sino el par motor máximo que genera de 3.000 Nm a 1.100 rpm |
La cabina GigaSpace con piso plano y 2.5 metros ancho, suspensión neumática confort, acabado interior tope de gama Style-Line con asientos y detalles en cuero es el entorno perfecto para las largas jornadas de trabajo.
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En marcha con la bestia
Empezamos la prueba en un día un tanto desapacible con nubes, chispeando e incluso algo de viento. A la salida de Madrid probando el control de crucero adaptativo, nos damos cuenta que la forma de actuar en caso de tráfico es más sensible y los acelerones y frenazos con Mercedes están fuera de lugar, una cualidad que ya hemos resaltado en pruebas anteriores de la marca de la estrella.
Sin duda esta caja de cambios automatizada PowerShift 3 de 12 relaciones más 4 marchas atrás, se relaciona a las mil maravillas con la mecánica OM473 y cuenta con varios programas, bien de accionamiento manual, automático y Power, ya que en esta configuración se ha eliminado el modo ECO.
El control de crucero predictivo, Tempomat en la nomenclatura de Mercedes Benz, lo podemos graduar a una velocidad y elegir el rango en el que queremos movernos entre la velocidad elegida y el más 15 o menos 10, tan solo hay que contar con que por arriba solo nos dejara avanzar hasta los 94 donde entrará el freno. Dicho sistema ha mejorado, las reacciones son más rápidas y las pérdidas de velocidad cuándo nos acercamos a una cuesta abajo las hace a la perfección, sabiendo de antemano lo que recuperaremos en la bajada.
Como siempre regulamos el camión a 85 Km/h en el segundo tramo, para ver cómo reacciona en las subidas y bajadas. Nos sorprende que antes de empezar la cuesta de Guadalajara, mete la marcha 11, acelera hasta los 87 Km/h y aunque pierde algo de ritmo, se nota el par motor, que aguanta la pérdida de velocidad. Termina por engranar la marcha 10, subir a 75 km por hora la cuesta de Guadalajara, lo que nos da cuenta de su poderío. Sin duda este camión no está concebido para las rutas eficientes, si no para trabajos más duros, en los que se necesite mayor potencia y velocidad de crucero. En las bajadas no dispone de ninguna ayuda adicional a la hora de soltar el camión y poder ganar algo de inercia para subir la siguiente cuesta o alargar más en el siguiente tramo sin tener que acelerar. Otras marcas ya lo montan y nos dejan unos segundos ir un pocos más largos, de la velocidad seleccionada.
En la subida de Torija hace la misma operación cambiando a la marcha 11 y acelerando hasta los 89 Km/h y al igual que en la anterior subida vuelve a cambiar a la 10 y termina subiendo la cuesta de Torija a 73 Km/h.
Después de la pausa para comer, iniciamos la marcha con mucho viento y agua, lo que puede afectar en el consumo ya que hay veces que si levantamos el pie del acelerador o quitamos el control de crucero el camión se queda frenado.
Pese a las inclemencias que nos hemos encontrado durante nuestro recorrido, y a la evidencia de que esta unidad no está concebida para exprimir al máximo los consumos que podemos marcar, los 32, 6 litros a los 100 km. que ha marcado al final de nuestro viaje, con una velocidad comercial cerca a los 80 km/hora se nos antojan más que decentes. Si a este dato le sumamos el reducido consumo de Adblue de esta mecánica, apenas 1,19 litros /100 km, podemos afirmar que el resultado es más que positivo para una “bestia” de 625 CV de potencia.
Como cabía esperar, en lo más duro de nuestro recorrido es donde este musculoso grupo OM473 demuestra todo su poderío. Y es que empezamos la subida al puerto de Somosierra y lo hacemos sin conceder ninguna deceleración, en décima marcha y subiendo a ritmo mantenido a 70 km/hora y sin abandonar la zona verde de nuestro cuentakilómetros. Alcanzamos la cota de los 1.300 metros ganado incluso unos kilómetros (73 km/hora) para llegar al túnel recuperando y subiendo todavía algo más, hasta los 75 km/hora. Toda una demostración de poderío. |
CLASE PREMIUM
Basta con echar un vistazo a la enorme cabina Gigaspace por fuera para darse cuenta de que esta unidad rezuma clase por los cuatro costados. Los cromados exteriores de la calandra y espejos retrovisores, o una visera a la que ya no estamos acostumbrados por cuestiones de eficiencia nos indican que estamos ante una unidad “premium”.
Una sensación que se confirma al “trepar” por los cuatro escalones que nos conducen al interior de la cabina en la que nos recibe un puesto de conducción bien desarrollado y en el que seguimos encontrando esos “toques de distinción” que forman parte del acabado tope de gama Style-Line como el asiento de cuero y los acabados cromados que salpican un cuadro de mandos ya conocido.
La cabina que Mercedes pone a nuestra disposición es una cabina larga GigaSpace, con piso plano y 2.5 metros ancho, y unos increíbles 2,24 metros de alto, que nos ponen incluso en algunas dificultades a la hora de abrir la trampilla superior.
El piso plano y el hecho de que la litera inferior permanezca plegada (reduce su ancho hasta 0,75 metros) nos ofrece una movilidad interior notable, incluso compartiendo el habitáculo. Y los pequeños detalles que vamos descubriendo como la mesita escamoteable en el lado del acompañante o la amplitud de espacios guardaobjetos nos harán más fácil las largas jornadas a bordo..
NOS GUSTA
• Calidad de acabados
• Detalles cabina para conductor
A MEJORAR
• Modo económico más eficiente
• Control inercias en bajadas.
DESDE MI CABINA
No cabe duda de que Mercedes Benz apuesta con esta línea motriz sobredimensionada, unida a una cabina de lujo como la Gigaspace por poner en el centro de su trabajo al conductor. El espacio interior, y sus acabados, así como el comportamiento en carretera, donde esta enorme mecánica, unida al software Tempomat hacen fácil el pasar largas jornadas de trabajo subido a esta “estrella” premium. Si a eso le añadimos un conste kilométrico contenido para lo que cabría esperar, y lo máximo en seguridad que podemos encontrar hoy en día en el mercado….sobran las palabras.
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