El fabricante propone -a través de su financiera de marca Renault Trucks Financial Services- fórmulas de financiación, que van desde el crédito clásico, leasing o renting
El coste de adquisición de un vehículo eléctrico puede ser un obstáculo que dificulte la decisión del paso a la transición energética de las empresas de transporte. Renault Trucks quiere facilitar medidas que favorezcan la evolución hacia la movilidad sostenible, con ofertas de financiación personalizadas para los vehículos de su Gama Z.E. -disponible desde las 3,1 hasta las 26 toneladas- y dirigida a los clientes que realizan una distribución urbana o interurbana o de servicio en municipios y ciudades.
Concretamente, se proponen tres ofertas de financiación en función del uso y las necesidades específicas del cliente:
- Crédito clásico: el cliente es propietario del camión eléctrico al vencimiento del contrato.
- Arrendamiento financiero u operativo - leasing: el cliente opta por el alquiler de su vehículo eléctrico y, al vencimiento del contrato, puede elegir entre la restitución o la compra del vehículo contra pago de su valor residual.
- Alquiler o renting: el cliente opta por el alquiler o renting de su vehículo eléctrico, que deberá devolver cuando acabe el contrato.
Los esquemas de financiación pueden ser compatibles con ayudas del estado o incentivos fiscales que se encuentren en vigor.
En palabras de Jose Antonio Mannucci, Managing Director de Renault Trucks Financial Services en España: «Estaremos acompañando el proceso de compra desde el inicio, para desarrollar la mejor solución de financiación y seguros personalizados para el vehículo eléctrico, de modo que el cliente pueda enfocarse en el éxito de su negocio, con sus costes bajo control durante toda la vida útil del camión».
Según afirma el fabricante francés, “el coste de un vehículo eléctrico debe estudiarse globalmente, considerando el coste total a largo plazo y no el coste de adquisición”. De esta forma, aseguran que “si bien el precio de compra de un camión eléctrico es más elevado que el de un camión diésel, su uso resulta más económico, pues requiere pocas operaciones de mantenimiento y los costes relacionados con el consumo de carburante son nulos.
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