Las barreras de acceso a la Formación Profesional de los conductores profesionales desincentivan a las nuevas generaciones a trabajar al volante de un camión o un autobús.
El transporte por carretera sufre un elevado riesgo de colapsar si el Gobierno no elimina las barreras de acceso a la Formación Profesional de los conductores profesionales ya que desincentivan a las nuevas generaciones a trabajar al volante de un camión o un autobús. Profesiones en peligro de extinción ya que no hay relevo generacional: el 72 % de los transportistas de mercancías y el 52 % de los conductores de autobús tienen más de 50 años. Esta es una de las conclusiones de la II Jornada ‘La FP de los conductores profesionales: esencial para que el mundo siga en movimiento’, celebrada el pasado viernes por AT Academia del Transportista, Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), y la Fundación Corell.
Y es que tal y como se puso de manifiesto durante la jornada, empieza a ser realmente preocupante para las empresas de transporte, tanto de mercancías como de viajeros, la imposibilidad de encontrar profesionales españoles interesados en trabajar como chóferes profesionales. Una oferta que ha dejado de ser atractiva no solo en España, donde se calcula que se necesitarán cerca de 15.000 conductores profesionales para cubrir las necesidades del sector, sino en toda Europa, Japón e incluso Estados Unidos.
En este contexto, la falta de conductores profesionales crece día a día en nuestro país, mientras las empresas tienen serias dificultades para cubrir una demanda que, a falta de un impulso más decidido de la formación reglada, queda en manos casi exclusivamente de portales de empleo como Jooble.
Profesionales con experiencia
Las empresas necesitan conductores formados que conozcan la profesión y su regulación, además de unas habilidades operativas que les permitan desenvolverse en diversos mercados europeos y en condiciones adversas.
Según datos de la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), a nivel mundial el 24 % de los puestos de conductores profesionales no se cubren, explica Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC y miembro de la Ejecutiva de la IRU. Esta falta de profesionales al volante impacta directamente en el bienestar de la sociedad ya que se trata de un sector fundamental para el desarrollo económico de nuestro país: el 95 % del movimiento terrestre de mercancías y el 85 % del de personas tiene lugar por carretera, gran parte de él en autobuses y autocares. Según las últimas cifras de Eurostat (2019), España es el tercer país de la UE más dependiente de la carretera, por detrás de Irlanda y Chipre.
La inauguración de la jornada corrió a cargo de María José Rallo, Secretaria General de Transportes y Movilidad que puso de manifiesto que “el Transporte tiene entre sus retos la atracción de jóvenes y mujeres al sector, sin duda hay que mejorar las condiciones laborales pero también mejorar la percepción de prestigio que se tiene de una profesión con importantes oportunidades laborales”. En este sentido, Rallo destacó que “desde el Mitma por primera vez se contempla un eje estratégico específico relacionado con aspectos sociales y laborales en los que se incluye la formación, conscientes de la necesidad de mejorar las competencias de desempeño de los conductores. Crear comunidad y crear conocimiento lo consiguen foros como el de estas jornadas”
Nuevas competencias para los conductores
Luis Miguel Soto, CEO de AT Academia del Transportista puso el énfasis en la transformaci´pn que se está produciendo en este sector, en donde “las empresas reclaman nuevas competencias para el desempeño que tienen mucho que ver con la digitalización, la eficiencia, la sostenibilidad y los avances tecnológicos”, nuevas competencias a las que la formación de los conductores debe dar respuesta.
Por otro lado, Luis Miguel Soto quiso destacar también que «la FP de los conductores actual parte con el gran error de base de no incluir dentro de su plan de estudios la obtención de los diferentes permisos de conducir, obligando a un esfuerzo complementario de formación y económico en otros ámbitos, alejando para siempre a los estudiantes de la vía de la FP y dejando huérfano de talento joven al sector de transporte».
CUATRO MEDIDAS BÁSICAS
Para favorecer el acceso a la profesión a los 18 años, Luis Miguel SotoSoto, volvió a insistir en las cuatro acciones que los diferentes ministerios implicados deberían de llevar a cabo: «Eliminar el requisito de tener previamente el permiso de conducir para obtener el Certificado de Profesionalidad (CP), convalidar la autorización CAP sin examen a los que la finalicen el CP, crear una red capilar de centros que impartan FP de Conductores y, por último, facilitar la obtención del permiso de conducir en el ámbito de la FP al igual que ya sucede con las escuelas y organismos militares y de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil».
La jornada contó con la aportación de un nutrido número de ponentes. Marta Santamaría, de la Dirección General de Transporte Terrestre indicó en relación a los cursos CAP de conductores, que actualmente la nueva normativa que permitirá la teleformación como complemento a la modalidad presencial de los cursos, se encuentra en el periodo de consulta pública.
Por otro lado, Agustín Sigüenza, Director General de FP de Castilla y León, destacó durante su intervención que su CCAA fue la primera en implementar la FP de Grado Medio de Conductor Profesional (Técnico en conducción de vehículos de Transporte por Carretera), que tuvieron muchas dificultades para desarrollar la primera edición, pues el ciclo formativo no contempla la obtención de los permisos de conducir y ese hándicap es el que ha motivado que hasta la actualidad ningún centro educativa haya repetido una experiencia que sabían frustrante para sus alumnos, pues es el único estudio de FP que no permite la incorporación al mercado laboral sin tener que obtener formaciones complementarias (permisos de conducir).
Por parte de los empresarios de transporte, intervino María Jesús Cobero, responsable de recursos humanos de Marcotran, empresa que cuenta con personas de 29 nacionalidades, y cuya exposición se centró en las dificultades administrativas para realizar contrataciones de conductores extranjeros y que “lastran la competitividad de la flota por las vacantes que obligan a infrautilizarla”. Cobero demandó una formación ágil que no recaiga sobre las empresas y que atienda los continuos cambios normativos que se producen en el sector del transporte de mercancías.
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