Ante el notable cese de la actividad experimentado en estos últimos meses, gran parte de los profesionales no han tenido más remedio que acudir al mercado de ocasión para desprenderse a marchas forzadas de sus vehículos comerciales, recuperando así al menos una pequeña parte de su inversión inicial. Buena muestra de esto es el espectacular aumento de la oferta, que se disparó casi un 18% hasta el mes de octubre.
De este modo, la entrada de la mayor parte de estos vehículos vino impuesta por el cierre de los negocios en lugar de por la necesidad de renovar las flotas, lo que ha insuflado en el mercado un gran número de vehículos industriales relativamente jóvenes que los autónomos habían comprado justo antes del estallido de la crisis.
Todo ello ha reducido significativamente la antigüedad media de los comerciales de ocasión, con un descenso del 2,4% que los sitúa en torno a los seis años de antigüedad, frente a los más de siete años que presentan los turismos en el mercado de ocasión.
Esta circunstancia, unida al incremento de la demanda (+4,7%) procedente de los nuevos emprendedores que quieren poner en marcha sus negocios y optan por el mercado de usados frente al de nuevos, ha permitido que el precio medio de los industriales ligeros a la venta aumente un 9,2% y ronde los 8.750 euros, su nivel más alto desde que estallara la crisis.